Autor: Ben Norton

Publicado primero en: https://geopoliticaleconomy.com/2025/07/14/us-afraid-brics-dedollarization-trump/; Responsable de la traducción: Miguel Ruiz.
La cobertura de los medios de comunicación corporativos occidentales sobre la organización BRICS, liderada por el Sur Global, es con frecuencia despectiva y condescendiente. Bloomberg publicó un artículo en el que afirmaba que BRICS es «poco más que un acrónimo sin sentido».
No obstante, parece que muchas de estas críticas son en realidad un mecanismo de defensa, porque se están acumulando pruebas que demuestran que el Gobierno estadounidense tiene mucho miedo del rápido crecimiento de los BRICS.
Donald Trump, en particular, está aterrorizado ante la posibilidad de que los BRICS desafíen el dominio mundial del dólar estadounidense.
BRICS celebró una exitosa cumbre en Brasil en julio, que contó por primera vez con la participación de 10 miembros y 10 países socios. Trump respondió con una furiosa denuncia, amenazando con golpear a todos los países BRICS con aranceles del 10%. Trump despotricó entonces contra los BRICS en la Casa Blanca, en una reunión con su gabinete el 8 de julio. Lo que dijo el presidente estadounidense fue profundamente contradictorio. Fue como el BRICS de Schrödinger: la organización no es una amenaza, pero también la mayor amenaza del mundo, según Trump.
Trump afirmó simultáneamente que el BRICS «no es una amenaza seria», pero también que está tratando de «destruir el dólar», y que, si Estados Unidos perdiera el exorbitante privilegio que recibe como emisor de la moneda de reserva mundial, «sería como perder una guerra, una gran guerra mundial; ya no seríamos el mismo país». «¡El dólar es el rey, y vamos a mantenerlo así!». declaró Trump. Estas fueron las indignadas declaraciones de Trump (el reaaltado es nuestro):
«Tienen que pagar el 10% si están en el BRICS. Porque BRICS se creó para perjudicarnos. BRICS fue creado para degenerar nuestro dólar, y tomar nuestro dólar como el estándar, quitarlo como el estándar. Y eso está bien si quieren jugar a ese juego, pero yo también puedo jugar a ese juego. Así que cualquiera que esté en BRICs está recibiendo un cargo del 10%…
Si son miembros del BRICS, tendrán que pagar un arancel del 10%, sólo por eso. Y no serán miembros por mucho tiempo. Pensaba que el BRICS era… ya sabes, dije esto hace un año, y en gran parte se disolvió. Pero, ya sabes, hay un par de ellos por ahí, pero pensé que en gran medida se rompió. El BRICS no es, en mi opinión, una amenaza seria. Pero lo que intentan es destruir el dólar, para que otro país tome el relevo y sea el estándar. Y no vamos a perder el estándar, en ningún momento.
Si tienes un presidente inteligente, nunca perderás el estándar. Si tienes un presidente estúpido, como el último, perderás el estándar. No tendríamos el dólar como [patrón]. Y si perdiéramos el estándar mundial del dólar, sería como perder una guerra, una gran guerra mundial; ya no seríamos el mismo país. No vamos a dejar que eso ocurra. El dólar: ¿nunca has oído la expresión «el dólar es el rey»? El dólar es el rey, y vamos a seguir así, ¿vale?»
Trump está muy «cabreado» con los BRICS y la desdolarización
Politico publicó un artículo, citando fuentes muy cercanas al presidente estadounidense, que revelaba que Trump está enfurecido por la expansión de los BRICS y su impulso a la desdolarización global.
«Se nota que el presidente está cabreado cada vez que mira el esfuerzo de desdolarización de los BRICS», dijo a Politico el ex alto asesor de Trump Steve Bannon. El éxito de la cumbre de los BRICS en «Río no ayudó», añadió Bannon. Bannon fue director general de la campaña presidencial de Trump en 2016 y estratega jefe de la Casa Blanca en 2017. Bannon, que anteriormente trabajó en el importante banco de inversión de Wall Street Goldman Sachs, es un demagogo de extrema derecha que en 2018 afirmó con orgullo: «Estamos en guerra con China».
Comentarios similares hizo un ex funcionario del Departamento de Estado, Leland Lazarus, quien se desempeñó como asistente especial del comandante del Comando Sur, que supervisa las operaciones militares de EE.UU. en América Latina. Lazarus declaró a Politico que Trump está utilizando las amenazas arancelarias sobre los países BRICS «para tratar de despegar a nuevos miembros como Egipto, Etiopía e Indonesia».
Lazarus subrayó que las relaciones más estrechas de Brasil con China, y sus movimientos mutuos para desdolarizar y comerciar en sus monedas locales, «pueden estar disparando las alarmas dentro del círculo de Trump, especialmente entre los asesores que ven la supremacía mundial del dólar como un pilar del poder de Estados Unidos».
Otro aliado de Trump, Mauricio Claver-Carone, que fue enviado especial del presidente republicano a América Latina durante su primer mandato, dijo a Politico que Trump ya estaba lívido con el presidente izquierdista de Brasil, Lula da Silva, pero «los BRICS inclinaron la balanza».
Trump ataca a Brasil, un actor clave en el nuevo orden mundial multipolar
El destacado papel de Brasil en los BRICS, como actor principal en el nuevo orden mundial multipolar, lo ha convertido en blanco de las agresiones estadounidenses. Tras la cumbre de Río de Janeiro en julio, Trump amenazó con imponer aranceles masivos del 50% a Brasil.
El presidente estadounidense pretende dar un escarmiento a la nación latinoamericana, castigar a Lula por desafiar la hegemonía global estadounidense, acercarse a China, desafiar al dólar y promover el BRICS como vanguardia multipolar. Lula fue uno de los cofundadores del BRICS en 2009 (cuando era BRIC). El líder izquierdista brasileño lleva mucho tiempo abogando por que la organización liderada por el Sur Global desempeñe un papel más importante en los asuntos internacionales. El presidente brasileño ha apoyado firmemente la desdolarización, y ha pedido en repetidas ocasiones la creación de una nueva moneda de reserva mundial, que sustituya al dólar estadounidense.
Trump (y Elon Musk) se entromete descaradamente en los asuntos internos de Brasil
Trump está utilizando los aranceles como arma de guerra económica para inmiscuirse en los asuntos políticos internos de Brasil. El objetivo del presidente estadounidense es también ayudar al expresidente de extrema derecha de Brasil, Jair Bolsonaro, fiel aliado de Trump.
Trump espera que sus aranceles perjudiquen a la economía brasileña y dañen la imagen de Lula, para inclinar la balanza en apoyo de la derecha bolsonarista a medida que se acercan las elecciones de 2026.
Para justificar esta flagrante intromisión estadounidense en los asuntos internos de Brasil, Trump afirmó absurdamente que existe una «caza de brujas» legal contra Bolsonaro. En realidad, Bolsonaro se enfrenta a consecuencias legales porque, tras perder las elecciones de 2022, intentó llevar a cabo un golpe militar a principios de 2023, para impedir que Lula, elegido democráticamente, asumiera la presidencia.
Bolsonaro admitió ante el tribunal que se reunió con líderes militares brasileños y discutió formas de aferrarse al poder, incluso después de que la mayoría de la población de su país votara en su contra.
Figuras políticas de extrema derecha en Occidente se han volcado con Bolsonaro. Otro aliado de Bolsonaro es el oligarca centimillonario más rico del mundo, Elon Musk. Musk desprecia a Lula, no solo porque el presidente brasileño es de izquierdas y quiere aumentar significativamente los impuestos a los ultra-ricos y tomar medidas enérgicas contra la evasión fiscal, sino también porque Lula ha desafiado los intereses empresariales de Musk en la enorme nación sudamericana.
El líder ultraderechista brasileño Jair Bolsonaro cuenta con el apoyo del oligarca centimillonario más rico del mundo, Elon Musk. Musk ha utilizado la plataforma de medios sociales Twitter, que es de su propiedad personal, para promover propaganda anti-Lula y pro-Bolsonaro.Tanto Trump como Musk alegan falsamente que Lula y el Gobierno brasileño violan la libertad de expresión, para justificar su intromisión política en los asuntos internos del país latinoamericano y apoyar al golpista fallido de extrema derecha. Este asunto, sin embargo, no tiene nada que ver con la «libertad de expresión». Se trata del derecho del gobierno brasileño a defender su soberanía y resistirse al intervencionismo flagrante del imperio estadounidense.
El imperio estadounidense viola la soberanía de Brasil (y de toda América Latina)
Hay una historia muy larga del gobierno de Estados Unidos apoyando golpes de Estado de extrema derecha contra líderes de izquierda elegidos democráticamente en América Latina – incluyendo Guatemala en 1954, Chile en 1973, Argentina en 1976, Haití en 1991 y 2004, Honduras en 2009, Venezuela en 2002, 2014, 2017 y 2019, y muchos, muchos más.
Tras un golpe de extrema derecha respaldado por Estados Unidos contra el presidente socialista de Bolivia, Evo Morales, elegido democráticamente en 2019, Musk declaró en Twitter: «¡Golpearemos a quien queramos! Acéptenlo».
El gobierno estadounidense también ha estado implicado en numerosos golpes de Estado en Brasil, que se remontan a un infame golpe militar de 1964.
En 2016 y 2018, el Gobierno estadounidense respaldó dos golpes blandos, o judiciales, contra los presidentes de Brasil, Dilma Rousseff y Lula, ambos del izquierdista Partido de los Trabajadores.
Dilma fue destituida por falsas acusaciones de «corrupción» en una operación de cambio de régimen en 2016.Como líder de Brasil, Dilma había abogado firmemente por los BRICS, el empoderamiento del Sur Global, las buenas relaciones con China y la multipolaridad, lo que la convirtió en el blanco de la ira de Washington. Hoy, Dilma es presidenta del banco de los BRICS, el Nuevo Banco de Desarrollo, donde también ha abogado por la desdolarización.
En el período previo a las elecciones presidenciales de Brasil en 2018, Lula lideraba las encuestas, pero fue encarcelado por falsas acusaciones de «corrupción», por jueces de derecha respaldados por Estados Unidos, que esencialmente instalaron a Bolsonaro como presidente. En 2021, el tribunal supremo de Brasil anuló las falsas acusaciones de «corrupción» contra Lula por motivos políticos.
El Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas llevó a cabo una investigación sobre la situación en Brasil, dirigida por expertos en derecho internacional, y concluyó en 2022 que el juicio amañado contra Lula había sido ilegítimo y había violado sus derechos civiles y el debido proceso.
El gobierno estadounidense estuvo profundamente implicado en estos dos golpes políticos de la derecha en Brasil, en 2016 y 2018. Constituyen un caso de manual de «lawfare», o guerra judicial.
Por eso, el propio Lula dijo: «Todo lo que está ocurriendo tiene la mano de Estados Unidos«. Subrayó que «Estados Unidos creó la investigación Lava Jato», en referencia a la supuesta trama «anticorrupción», conocida como Operación Autolavado, que se utilizó cínicamente como tapadera para llevar a cabo los golpes de Estado.
Esta es también la razón por la que, en 2025, Lula se está oponiendo a la injerencia de mano dura de Donald Trump en los asuntos internos de Brasil.
En respuesta a las amenazas arancelarias de Trump y a las falsas acusaciones de que el Gobierno brasileño está llevando a cabo una «caza de brujas» contra Bolsonaro, Lula declaró: «Brasil es una nación soberana con instituciones independientes y no aceptará ninguna forma de tutela. El proceso judicial contra los responsables de planear el golpe de Estado es de competencia exclusiva del Poder Judicial brasileño y, como tal, no está sujeto a ninguna interferencia o amenaza que pueda comprometer la independencia de las instituciones nacionales»
Asimismo, Lula prometió contraatacar el anuncio unilateral de Trump de imponer aranceles del 50% a los productos brasileños con aranceles de represalia de Brasil del 50% a los productos estadounidenses: «Vamos a tener que buscar otros socios para comprar nuestros productos. El comercio de Brasil con EEUU representa el 1,7% de su PIB», explicó Lula. «No es que no podamos sobrevivir sin EE.UU.«.
El presidente brasileño señaló que el éxito de la cumbre de los BRICS «probablemente preocupó a Trump», según un informe de Bloomberg. Lula redobló entonces sus llamamientos a la desdolarización: «Estamos interesados en crear una moneda comercial entre otros países», subrayó el líder brasileño. «No estoy obligado a comprar dólares para comerciar con Venezuela, Bolivia, Chile, Suecia, la Unión Europea o China. Podemos comerciar con nuestras propias monedas».
