«America First» en la práctica: la política arancelaria de Trump reflexiones al respecto Parte I: La lógica de la estrategia.

Autor: Guido Duque Suárez

La guerra comercial que emprendió Trump con el resto del mundo tiene un libreto general planteado en un ensayo por el economista estadounidense Stephen Ira Miran que preside el Consejo de Asesores Económicos del presidente. Miran plantea un ensayo denominado “Guía del usuario para la reestructuración del sistema de comercio global” (A User’s Guide to Restructuring the Global Trading  System) (Miran 2004)

En el mencionado ensayo Stephen Miran propone revitalizar la industria estadounidense y renegociar el orden económico mundial, aprovechando la posición privilegiada del dólar como moneda de reserva. Argumenta que la dependencia global del dólar ha llevado a la desindustrialización y al aumento de la deuda en Estados Unidos, comprometiendo su seguridad nacional. Su solución incluye la imposición de aranceles y la devaluación del dólar para obligar a otros países a revaluar sus monedas y eliminar aranceles a los productos estadounidenses, buscando así beneficios económicos sin afectar la competitividad industrial.

La lógica de la guerra comercial de Trump, según Miran, se basa en utilizar los aranceles para forzar una realineación monetaria global que beneficie a Estados Unidos, replicando los efectos del Acuerdo del Plaza de 1985 pero a través de la coerción arancelaria. Estos acuerdos se firmaron en el Hotel Plaza de Nueva York, donde se reunió a Estados Unidos, Francia, Alemania Occidental, Japón y el Reino Unido con el objetivo de depreciar el dólar frente al franco, el marco alemán, el yen y la libra esterlina. Su propósito era corregir los desequilibrios comerciales generados por la fuerte apreciación del dólar en ese momento.

Para lograr la mencionada “realineación monetaria global”, desarrolla la siguiente estrategia articulada en tres fases: 1) imponer aranceles unilaterales (Caos Arancelario), negociar reciprocidad (aranceles recíprocos) y culminar con acuerdos bilaterales que aseguren ventajas para Estados Unidos (Acuerdos de Mar-A-Lago, que serían equivalentes a los del Hotel Plaza).

Sin embargo, esta dependencia de la coerción comercial y la lógica tributaria imperial podría generar resistencias geopolíticas y socavar la cooperación internacional. Por otra parte, la devaluación del dólar podría disminuir el poder adquisitivo de los estadounidenses, y los aranceles, en lugar de ser costeados por los países afectados, suelen ser absorbidos por los consumidores y empresas estadounidenses. Además, la estrategia no aborda las correcciones necesarias en Estados Unidos, como el aumento del ahorro y la reducción del déficit público, lo que plantea dudas sobre su viabilidad a largo plazo.

Podemos complementar lo anterior con la perspectiva de Michael Hudson, en su textoReturn of the Robber Barons» (traducido en este blog) donde critica la política arancelaria de Donald Trump, argumentando que su verdadero objetivo no es revitalizar la industria estadounidense, sino reducir los impuestos a los ricos y reemplazarlos con aranceles como principal fuente de ingresos gubernamentales. Esta estrategia, según Hudson, no aborda las causas fundamentales de la desindustrialización de Estados Unidos, como la falta de inversión en infraestructura pública y la regulación gubernamental. Es así como, en lugar de fomentar un crecimiento industrial sostenible, la política de Trump podría resultar en despidos masivos, cierres de negocios y aumento de la inflación.

Hudson también destaca que la industrialización exitosa de Estados Unidos en el siglo XIX se basó en políticas opuestas a las que Trump promueve. En lugar de depender del libre mercado, el crecimiento industrial se logró mediante una economía mixta público-privada, con inversiones en infraestructura pública y protección de los salarios y la inversión industrial privada. La política actual de Trump, que busca desmantelar la regulación pública y vender infraestructura pública para financiar recortes de impuestos, es vista como una versión moderna del neoliberalismo que beneficia a una nueva clase de «caballeros ladrones» a expensas del bienestar económico general.

En conjunto, la propuesta de Miran es ambiciosa pero arriesgada y potencialmente contraproducente, basada en una visión imperialista del orden económico mundial, aplicando la realpolitik  (política basada en consideraciones prácticas y realistas, enfocada en el poder y los intereses nacionales más que en ideales o principios éticos.) La falta de consideración de los ajustes internos necesarios en Estados Unidos sugiere que esta solución podría ser superficial y no abordar los problemas estructurales de la economía estadounidense y más bien podría generar beneficios a un grupo reducido de personas.

Fuentes:

Miran S. 2024 https://legrandcontinent.eu/es/2025/02/28/la-doctrina-miran-el-plan-de-trump-para-disrumpir-la-globalizacion/)

Hudson M 2025 Traducido por Ruiz Miguel https://coyunturauceiie.com/2025/04/19/el-retorno-de-los-barones-ladrones-la-vision-distorsionada-de-donald-trump-sobre-la-historia-arancelaria-de-estados-unidos/

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