Nancy Medina Carranco
El Ego busca atención, el alma busca conexión Anónimo
Pensando y pensando para encontrar las razones por las que nuestra amada alma mater se encuentra en esta situación, encontré que todo es cuestión de valores y principios que, se consolidan en una palabra integridad.
También me di cuenta de que es la culpa de toda la comunidad universitaria. Unos por indiferentes y depositar el voto sin reflexión, otros por desidia a lo que se suma la apatía, otros por individualistas y ambiciones personales, otro(a)s por que se creen único(a)s capaces de ser autoridades, no hay nadie que les llegue a sus zapatos, guau ¡cuanta humildad! Y, así podríamos seguir mencionando las debilidades y falencias de cada uno de nosotros.
Pensando en voz alta estoy convencida que la vida política del país o cualquier institución debería basarse en valores y principios, lo que hace que todos tengamos un sueño, una orientación conjunta, un objetivo común, es decir, en nuestro caso una visión de Universidad o, como le llaman otros, un proyecto de Universidad que sería fantástico con las ideas que podríamos aportar todos.
A veces me pregunto qué quieren las personas de la comunidad universitaria, o como ven la Universidad de aquí a 10 años, pero no logro responderme, ni logro entender. Parece que en el bullicio de la campaña política reciente escuche decir a muchos: queremos la excelencia académica, queremos una Universidad donde haya agilidad, apertura para plantear y hacer investigación, facilidad para hacer cualquier trámite decían otros, etc. etc., me pregunto si esto era realidad y no es que detrás de toda la trama, la componenda, la “negociación”, solo había el bueno unámonos, pero “yo soy el rector o la rectora”, … solo intereses personales, solo intereses partidarios. Me pregunto ¿es que todos los que se unieron tenían una visión de Universidad? o fue puro orgullo, es decir tenían el convencimiento de que pueden ser rectores, que sus altas capacidades les hacen más que los demás y que son “superman” o “superwomen”; o solo querían ver en sus hojas de vida fue rector(a), fue vicerrector(a); o lo que es peor quería ver los suelos de estas dignidades en sus cuentas bancarias. Y ¿la universidad? ¿nuestros estudiantes? ¿la academia? ¿la investigación?
En mi opinión, ser rector o rectora de la UCE, o cualquier autoridad, es enfrentar una tarea por demás compleja, la cantidad de problemas, de preferencias, de opiniones que hay en cada estamento es sumamente variada, todos quieren algo en “beneficio” del sector al que pertenecen. Tal es así que la típica respuesta de algunas de las personas administrativas (no todas) frente a algún pedido es “esas no son mis funciones” “clarito está en el estatuto en…” “ya me voy porque mi horario es hasta las xx pm…”. Y allí me pregunto dónde quedo el trabajo diligente, el vamos a arrimar el hombro por una mejor universidad; o los compañeros de servicios dicen es que a mí me toca esta aula, este piso, este m2, nada más.
Los compañeros profesores, somos clase a parte con todo estamos inconformes, que el biométrico (no deberíamos registrarnos no somos empleados públicos), no somos niños para que nos controlen así …, llego puntual me registro y, me voy corriendo a otros menesteres, … Que las notas en una fecha, por favor no alcance a tomar el examen, que aplacen … que está prohibido vender nuestros libros a los estudiantes, a bueno no importa, “no estoy vendiendo”, “no les exijo que compren” pero de este libro se van a sacar las preguntas de los exámenes. ¿Dónde quedó nuestra ética? Eso si la persona que intente ser íntegra y además de sus clases enseñar a sus alumnos valores y principios, esa persona es declarada como no grata porque no está con nosotros … porque es “tonta”, etc. etc.
Todos nosotros tenemos la culpa de la situación por la que atraviesa la Universidad, porque solo pusimos en juego nuestros intereses personales e incluso de partido político y no la Universidad.
¡La integridad! A menudo me sorprende hasta qué punto somos gregarios, a nivel de país y de Universidad, incluso en un mitin político la multitud presente aplaude cada frase hueca que el candidato pronuncia. Esta situación me lleva a reflexionar sobre la dificultad de mantener nuestros propios valores con nuestros compañeros de trabajo. Resulta increíblemente tentador mimetizarse con el entorno para evitar cualquier tipo de problema. En el mundo laboral, existe una tendencia a evitar los conflictos y a dar la razón al interlocutor, sin entrar en debates ni llevar la contraria. Sin embargo, aquellos dispuestos a mantenerse firmes y expresar sus puntos de vista son verdaderamente excepcionales.
Me viene a la mente una fotografía impactante tomada en 1936 en los astilleros Blohm + Voss. August Landmesser se niega a realizar el saludo nazi, a pesar de las terribles consecuencias que ello conllevaría. Su historia terminó trágicamente, pero su acto de desafío demuestra la importancia de mantenerse fiel a uno mismo y a sus principios, incluso en circunstancias adversas, y es que, justamente, en los momentos de crisis se demuestran nuestros valores. Ser capaz de mantener y defender nuestros valores nos distingue de los demás. Resulta mucho más sencillo adoptar un papel y encontrar excusas para actuar en contra de nuestras creencias. Todos podemos adquirir nuevos conocimientos y habilidades, pero son pocos los que logran preservar y vivir de acuerdo con sus valores morales. La coherencia entre nuestras creencias y nuestras acciones es fundamental para experimentar una sensación de plenitud y autenticidad. Aunque pueda resultar difícil mantenerse firme en nuestros valores en determinadas circunstancias. Recuerda que la satisfacción personal a largo plazo proviene de vivir en consonancia con nuestras convicciones más profundas. Además, al ser fieles a nuestros valores, podemos influir positivamente en los demás y en nuestro entorno, fomentando un ambiente de respeto y coherencia. ¿Hasta qué punto deberíamos comprometer nuestros valores morales en nuestro trabajo?
También viene a mi mente que la Universidad debe ser, por naturaleza, líder en la formación del pensamiento crítico[1] en los jóvenes, y, a la vez la máxima de Albert Einstein “Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única manera” ¿La Universidad esta cumpliendo son estos aspectos básicos? Últimamente escuchamos sobre los jóvenes que ya no son como antes, no estudian, no les interesa aprender, solo quieren cumplir lo mínimo, etc. etc. La respuesta es el mal trabajo que estamos haciendo y ahora peor con el comportamiento y actitud de las “autoridades cesadas”. Me pregunto que podríamos esperar de los jóvenes que un día saldrán de nuestra casona para ser asambleístas alcaldes, quién sabe hasta presidentes o cualquier otra autoridad; no nos asusta nuestro futuro en manos de jóvenes que ahora tienen intereses que no se logra dilucidar, con comportamientos impensables.
Y es que se escucha a muchos los valores es un tema de antaño, provienen de civilizaciones antiguas; claro que en todos los tiempos han existido personas contrarias a los valores porque son contrarios a sus “INTERESES”. Según Óscar Diego (Óscar , 2008) “la ética pública, a pesar de tener un origen milenario, es joven como herramienta dentro de las nuevas técnicas de gestión pública. … Formar en ética es fortalecer la vida y la reputación de cada persona y de la organización. Implica mantener los compromisos y promesas, hacer lo que se dice y decir lo que se hace. … . La ética en la organización comienza por los dirigentes, por quienes ocupan los altos cargos. La integridad personal reconocida del líder político o alto dirigente condiciona la de todos los que le rodean”.
Igual que nuestro país, la Universidad es ingobernable ¿por qué? Respuesta no hay aplicación adecuada de los valores y principios en la Comunidad Universitaria, y lo que es peor por parte de las autoridades.
Perdemos tiempo valioso en estas peleas y discusiones, en quién debería y quién no debería ostentar el poder, quién tiene la culpa y quién no, etc. etc. Cuando deberíamos discutir sobre la inseguridad jurídica en la que trabajamos, cómo la Contraloría y sus “famosas auditorías” desmotivan a la gente a trabajar, cómo “castiguen a los menos culpables y libera a los que no lo son”, cómo pese a tener todas los descargos y argumentos necesarios la Contraloría ni revisa los documentos; deberíamos discutir como solucionar este problema que nos atañe a todos y más a los que aspiran a ser autoridades.
En suma, es necesario un cambio de actitudes y puesta en práctica de valores, es decir ejercer las funciones bajo el paraguas de los valores y principios; impulsar la coherencia en las maneras como pensamos, hablamos y actuamos. La Universidad puede contribuir a consolidar los valores actuales apoyar la realización de cambios positivos en la Sociedad y en sí misma.
Compañeros reflexionemos y pensemos que si no “nos unimos, nos hundimos”
[1] “El pensamiento crítico es la capacidad manifestada por el ser humano para analizar y evaluar la información existente respecto a un tema o determinado, intentando esclarecer la veracidad de dicha información y alcanzar una idea justificada al respecto ignorando posibles sesgos externos”, (Castillero-Mimenza, 2017)
